martes, 3 de julio de 2012

La internacionalización del capital


La internacionalización del capital es un proceso que permite, una vez más, evidenciar la dinámica de la interdependencia de las naciones. Por un lado, las transnacionales buscan ampliar sus mercados –de mercancía, de trabajo y de capital- pero por otro, los Estados Nación imponen sus condiciones, amparados en su soberanía. Estas condiciones van desde las garantías sociales vigentes hasta los aranceles a los productos que estas compañías requieren importar (materias primas) o exportar, pasando por la estabilidad política, económica, social y del sistema educativo de los países.

En la actualidad, es palpablemente manifiesta la lucha de intereses entre estas dos grandes fuerzas en la discusión sobre el sistema de educación costarricense. Las empresas trasnacionales, a través de organismos internacionales como el Banco Mundial, requieren mayormente de mano de obra técnica y barata –sí, aún tratándose de profesionales egresados de la educación superior- y no de profesionales en el campo de la investigación, la innovación y la creación. A través de la implementación del Plan Bologna, se busca que los sistemas de educación superior estén cada vez más al servicio de sus intereses. En lo cotidiano, se escuchan o leen frases tales como “hay que adaptar el sistema educativo a los nuevos tiempos”, hay que responder para “darle trabajo a nuestros jóvenes”.

Sin embargo, por este mismo proceso, ese trabajo es cada vez más precario. Los países, que debido al mismo entran en una fuerte competencia entre sí por la atracción de capital extranjero, se ven forzados entonces a flexibilizar su legislación laboral en aras de la muy ansiada competitividad. Entonces, no sólo las empresas deben seguir ese paradigma dentro del capitalismo, sino que los mismos Estados-nación comienzan a funcionar como gigantes empresas administradas por las clases opulentas de los países. Aunado a esto, se firman  tratados de libre comercio que flexibilizan, algunas veces hasta llegar a eliminarlos, los regímenes arancelarios. En Costa Rica, por ejemplo, las ganancias sobre el capital financiero no pagan impuestos. Hoy en día, tenemos un vicepresidente directo desde la gerencia del Scotiabank que logró declarar al Mercado de Valores como de interés nacional. ¿Realmente lo es? ¿Qué beneficio obtiene el pueblo del desarrollo de este mercado?     

Para las transnacionales, la internacionalización alcanza varios objetivos. Primeramente, permite maximizar la ganancia gracias al empleo de mano de obra más barata que la que conseguía cuando su operación estaba restringida al plano nacional. Además, permite ampliar sus mercados y, con ello, dinamizar la circulación del capital. Posibilita también ampliar el mercado de venta de sus productos En Costa Rica, la marca Intel cuenta con mayor respaldo que sus competidores, en parte porque prevalece la idea de que hay trabajo tico detrás de sus productos. Esto también justifica por qué no se escucha mayor queja sobre los privilegios en tarifas eléctricas que se le dan a esta y otras transnacionales, con el consiguiente aumento de las tarifas para el usuario común o la asunción de las pérdidas por parte del ICE.

De esta manera, se demuestra el poco margen de maniobra que poseen realmente los gobiernos bajo este modelo de desarrollo que ha venido a desmantelar el estado de bienestar construido durante el tercer cuarto del siglo XX. Pero, por supuesto, que los Estados también imponen sus condiciones e influyen el funcionamiento de estas empresas. Para el capitalismo es además necesario que exista esta lucha ya que necesita de la existencia del Estado. Si el mercado laboral no siguiese siendo hoy en día de carácter nacional, por ejemplo, no se sostendría la diferencia salarial o de privilegios entre un país y otro. Si las fronteras no existiesen, se imposibilitaría también la salida del país de un producto ahí fabricado, para luego regresar empacado con un valor muy por encima del que realmente costó fabricarlo.

En síntesis, la internacionalización del capital demuestra la interdependencia compleja entre las naciones. Evidencia la lucha entre los poderes corporativos y las soberanías nacionales. Pone de manifiesto la dirección de las políticas dictadas por los organismos internacionales, así como la precarización del trabajo y la limitación del poder decisión de los Estados-nación. Asimismo, muestra que estos, a pesar de un discurso plagado de alusiones a la eliminación de las fronteras, siguen siendo necesarios para el funcionamiento del sistema, ya que perpetúa la explotación según la división internacional del trabajo, lo cual además lleva a la polarización estudiada anteriormente.       

Bibliografía consultada: 

Amín, Samir. La Internacionalización del Capital en: Globalización y Sistema Mundo. 1998. Pp. 31-58 

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