viernes, 13 de julio de 2012

El capital del yo: el siglo del yo.

El siglo del yo      
               En 2002 Adam Curtis -escritor, documentador y productor de televisión para la cadena BBC de Londres- estrenó su documental El siglo del yo, en el cual realiza un recorrido por aquellos descubrimientos del fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, que repercutieron en la evolución del sistema capitalista en el siglo anterior. 
            La primera entrega, de un total de cuatro, titulada Máquinas de la felicidad realiza un extenso recorrido histórico por la política y economía estadounidenses de la primera mitad del siglo XX y algunas de sus repercusiones a nivel mundial. Este recorrido, sin embargo, se encuentra enriquecido por la puesta en evidencia de la relación entre estas políticas y las teorías psicoanalíticas de la época.
            La importancia de la comprensión de los procesos sociales para la psicología no es pocas veces pasada por alto o minimizada. Si bien es cierto que nuestro objeto de estudio es el ser humano y su acontecer anímico, no podemos obviar la relación dialéctica que se establece entre estos y la cultura que acompaña a la vida en sociedad. El mismo Freud fue consciente de esto y de ahí surgieron algunos de sus textos más trascendentales, como El malestar en la cultura.
En el presente texto, se profundizará en los vínculos que se pueden establecer entre dicho texto y los eventos económicos y sociopolíticos mostrados en la primera entrega del documental. Si bien el audiovisual ya logra dilucidar claras relaciones entre las teorías psicoanalíticas y dichos acontecimientos, en algunas ocasiones la terminología utilizada, a fin de simplificar la comprensión para el espectador, no es la más correcta. Parte de mi propuesta es, entonces, lograr ahondar en esto, estableciendo ligazones más directas con la obra psicoanalítica de Freud, específicamente acentuando sobre El malestar en la cultura.
La razón por la cual tomo esta obra como bastión, además de que rebasa en importancia a la sociología, es el contexto histórico en el que fue escrita. Publicado en 1929, su concepción estuvo permeada grandemente por el contexto de la Europa de la I Guerra Mundial y las posteriores crisis económicas. Coincidentemente, en 1929 se produjo también la caída de la bolsa de valores en New York, y así dio inicio una de las depresiones económicas más fuertes del último siglo, desembocando en una grave recesión y desempleo en los Estados Unidos y sirviendo como antesala de la II Guerra Mundial.
Freud, quien ya para estas fechas tenía claros los pilares de su teoría psicoanalítica, había establecido la existencia del inconsciente y de las tres instancias psíquicas; a saber, el ello, el yo y el superyó[1]. A través de esto, logró explicar el papel de la cultura como barrera que impide el libre desarrollo del principio del placer, pero también como construcción necesaria para la vida humana en función de que regulariza los vínculos con el otro y los objetos y de la utilidad que se logra del dominio de la naturaleza mediante el trabajo. Bajo esta concepción, consideraba que el ser humano no es en principio una criatura amable y en pleno control de sus fuerzas, sino más bien que responde a procesos inconscientes de los que no puede dar cuenta. Para Freud, esta visión pesimista del ser humano –según algunos de sus críticos-, era confirmada tras la I Guerra Mundial donde lo ocurrido respondía a una tendencia irracional.
Con este marco, me propongo realizar entonces un análisis del documental tensando los vínculos establecidos, en primera instancia, entre la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud y sus repercusiones en la evolución sistema económico de la época comprendida entre el fin de la I Guerra Mundial y el inicio de la segunda, en los Estados Unidos. En segunda instancia, los establecidos entre los diferentes actores económicos, entendidos como todos aquellos que participan en su producción y conducción. Además, será importante también vincular este desarrollo con las perspectivas actuales. ¿Cuánto de estas políticas que se gestaron en la primera mitad del siglo pasado nos sigue afectando y cómo? ¿Qué repercusiones han tenido en el malestar de los individuos de la sociedad actual? ¿Sería posible, según la perspectiva psicoanalítica, un sistema-mundo distinto?
Sin duda alguna, estas interrogantes podrían ser objeto de estudio en sí mismas; sin embargo, más allá de querer profetizar acerca del futuro, la apuesta es lograr evidenciar no sólo los vínculos entre el psicoanálisis y la economía política de hace un siglo, sino también aquellos que, en su carácter histórico, determinan lo que el mundo, las sociedades y el ser humano son hoy en día. Los acontecimientos mostrados en la primera entrega del documental fueron, sin duda alguna, precursores del modo de producción neoliberal, de la sociedad de consumo y de los procesos de globalización que se han experimentado en los últimos cien años.


[1] Freud dividió el aparato psíquico en estas tres instancias. A grandes rasgos, el ello es inconsciente y allí se encuentran las pulsiones y lo reprimido. Es además, la instancia original desde la que se desarrollan las demás. El yo corresponde a la instancia psíquica que posee acceso a motilidad, es consciente aunque sus raíces están en el inconsciente, realiza el examen de realidad. Responde a las exigencias pulsionales del ello, pero aplica dicho principio para poder alcanzar su satisfacción sin entrar en conflicto con el superyó y el mundo exterior. El superyó, por su parte, es la instancia moral y enjuiciadora, que se desarrolla a partir de las figuras parentales y a lo largo de la vida se va desarrollando según identificaciones posteriores.

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